¿Cómo nos encontramos para recibir el 2022?
Ya desde el año 2020 se percibió un rezago importante en la demanda de vivienda que daba poca claridad a los escenarios de recuperación que se empezaron a proyectar a mediados del mismo año, principalmente por la prolongación de la pandemia y el escenario de incertidumbre que esta trajo consigo. En el 2021 el mercado empezó a dar señales de recuperación paulatina, excepto en algunos subsectores como lo son el sector inmobiliario comercial y el de oficinas (Lamudi, 2021).
A pesar de algunos pronósticos poco positivos que se dieron a conocer a principios del 2021 con la negociación del T-MEC, el aumento en el e-commerce, el nearshoring, entre otros, los desarrolladores inmobiliarios decidieron seguir invirtiendo. La llegada de incentivos a la economía y de la vacuna contra el COVID-19 implicó que muchos de los pronósticos de revitalización del mercado o de simple estabilización comenzarán a verse materializados. Sin embargo, algunos especialistas comenzaron a apuntar al 2023 como el año definitivo de la recuperación del mercado, no sin mencionar algunas particularidades que podrían manifestarse ya en el 2022 (MEJORTASA, 2021).
2022, un año de recuperación lenta pero segura.
Si bien los pronósticos ambiguos nos han mantenido dubitativos respecto a si realmente los tiempos difíciles son ideales para invertir en bienes raíces, en la realidad se ha corroborado que la actividad inmobiliaria ha continuado y resistido los fuertes embates económicos. Los datos macroeconómicos brindados por el Secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, al segundo trimestre del 2021 marcan una recuperación del 97.9% del Producto Interno Bruto (PIB), esto en comparación con el cuarto trimestre del 2019 (Lamudi, 2021).
A partir de lo anterior, se espera que la lenta recuperación atisbada se vea sustentada en un primer momento en la recuperación de empleos y el crecimiento económico. En este sentido, en el mercado inmobiliario son 4 los elementos que se espera visualizar de acuerdo con Lamudi (2021):
- La demanda de vivienda aumentará su actividad: La irrupción de los millenial con una mayor capacidad adquisitiva será la constante en el sector de vivienda de interés social y residencial, dominando el mercado en años venideros.
- El sector corporativo deberá transformarse para mantenerse: Gran parte de las empresas han adoptado el home office como parte de su esquema laboral, la flexibilización del trabajo ya se ha instalado en el país y los esquemas mixtos serán tendencia, cuestión que beneficiará a quienes sepan adaptarse a estas preferencias y dinámicas.
- Las propiedades comerciales se recuperan a pesar de haber sido las más afectadas: Las restricciones de movilidad y aglomeración en plazas comerciales y establecimientos comerciales serán cada vez más normales, algo que no impedirá en lo absoluto que la presencialidad siga siendo la generalidad, En este sentido, el estricto cumplimiento de las medidas sanitarias y la oferta de nuevas experiencias en los modelos de servicios serán clave.
- El sector logístico continuará en pleno ascenso: El crecimiento exponencial del comercio electrónico no ha hecho más que mostrar parte de su potencial. Los servicios de paquetería seguirán creciendo y demandando mayor superficie destinada a centros logísticos, lo que representará una gran oportunidad para los inversionistas de este subsector.
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